Los
católicos celebran hoy la festividad de María Auxiliadora. Conocé su historia
El primero que llamó a la
Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo,
en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio
potentísimo de Dios".
San Sabas en el año 532 narra que en
oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los
enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
San Juan Damasceno en el año 749 fue el
primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por
nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y
peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta
de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la
ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.
En el año 1572, el Papa San Pió quinto
ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación
"María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra
Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que
venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000
soldados.
En el año 1600 los católicos del sur de
Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de
auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se
terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió
ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora
de los cristianos.
En 1683 los católicos al obtener inmensa
victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de
María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países.
En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del
general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en
libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el
pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó
declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.
En 1860 la Santísima Virgen se aparece a
San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de
"Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín,
Italia, un templo.
Empezó la obra del templo con sus tres
monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los
milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en
sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir:
"Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima
Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la
devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
El nombre de Auxiliadora se le daba ya
en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado
aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania
se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre.
Se tiene constancia de que hacia el año
1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario
de Loreto Italia.
Esta advocación se hizo fuerte ante la
invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadora
de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo
frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en
el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de
Napoleón Bonaparte que llevó al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación,
quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica.
Pero sin duda fue San Juan Bosco, el
santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el
mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido
yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada
ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio
empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María...".
Pero será exactamente en 1862, en plena
madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva:
Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de
Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de
que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".
Desde esa fecha el título de Auxiliadora
aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y
sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de
María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia
vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer
percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".
En 1863 Don Bosco comienza la
construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos,
y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9
de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a
Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había
construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco
llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna
gracia".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al
espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan
entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la
evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.